Fue una gran oportunidad el haber tenido la oportunidad de conocer a estos angelitos. Cada día qué pasa para ellos es un día más de intentar sobrevivir su enfermedad. Y las personas que ayudan dentro de la casa, las madres, cocineras, doctores, maestros siguen luchando a diario para mantener a los niños con vida. Es muy difícil cuidar a niños con enfermedades terminales es un trabajo pesado y aun así se mantienen con la mejor actitud todos los días. Me da gusto haber puesto un granito de arena en la casa hogar y me llevo mucho agradecimiento de valorar la vida la salud y de poder ayudar con mis conocimientos en cuanto a la alimentación saludable . Aprendí mucho.